Un
estudio sobre las decisiones que toman las familias hispanas después
de un diagnóstico de sordera

Annie Steinberg, M.D. Lisa Bain,
M.A.. Yuelin Li, Ph.D. Louise Montoya, M.A., N.C.C; CSC, y Vivian Ruperto
Casa de Playa de Niños
en el Hospital de Niños de Filadelfia.
(Children's Seashore House at The Children's Hospital
of Philadelphia)
I
Introducción
El diagnóstico
de una condición crónica en un bebé o un niño puede
tener un profundo impacto en la familia. Cuando se diagnostica una discapacidad
auditiva a un niño, la familia puede experimentar una variedad de emociones
que incluyen sufrimiento, rabia, culpabilidad, desamparo y confusión.
La respuesta de una familia a la discapacidad de un hijo puede estar relacionada
con su bagaje cultural.
Factores tales como la
lengua de una cultura, la estructura familiar y las creencias sobre la salud
y la curación, entre otros, pueden dar forma a las decisiones que tome
la familia con respecto a la discapacidad.
Teniendo en cuenta que
los individuos de ascendencia hispana constituyen el mayor grupo minoritario
de los Estados Unidos, los autores desean saber cómo los padres hispanos
toman decisiones acerca de sus hijos sordos con respecto al uso de servicios
de intervención temprana e ingreso a la escuela. (Un estudio previo con
familias no hispanas indicó que en estos puntos de transición
se realizan las elecciones que impactan el rumbo de la vida del niño).
Cuando un niño posee
una pérdida auditiva, los padres necesitan decidir cómo se comunicarán
con él, el modo en que el niño o el padre o ambos aprenderán
a comunicarse eficazmente de acuerdo a la modalidad elegida, si el niño
usará audífonos u otros dispositivos auxiliares, si el niño
recibirá servicios de intervención temprana, y dónde irá
al colegio. Hay otras decisiones importantes junto a la decisión sobre
la escuela, tales como: si su hijo asistirá a clases con otros niños
con pérdida auditiva o estará en una clase integrada en escolaridad
común, o si recibirá servicios especiales para mitigar la pérdida
auditiva. Las decisiones sobre la intervención temprana y la escolaridad
usualmente requieren la colaboración de los padres y el estado, condado
o sistema escolar local.
Este artículo es
el resultado de un estudio que examina el proceso de toma de
decisiones seguido por las familias hispanas que viven en los Estados Unidos
y que poseen un hijo que presenta una pérdida auditiva. Veintinueve familias
que viven en diferentes áreas geográficas compartieron sus experiencias
relacionadas con: enterarse de la discapacidad de su hijo, buscar intervenciones
apropiadas y tomar decisiones con respecto a la comunicación y a la educación.
Los autores exploraron el impacto que tienen en el proceso de toma de decisiones
la lengua, la cultura, el status minoritario, y el acceso a la información
y a los servicios.
Como lo expresaron las
familias con sus propias palabras en entrevistas semi-
estructuradas, el proceso de toma de decisiones para un niño con una
pérdida auditiva es complejo. Es un proceso influenciado por la disponibilidad
de información y recursos, incluyendo la calidad de la información
provista por los profesionales y por otras fuentes, la habilidad de los padres
para adquirir información y servicios, sus preferencias personales y
valores, su estilo de toma de decisiones, y sus opiniones acerca de la causa
y las consecuencias de la sordera. En las entrevistas, los padres compartieron
sus reacciones y la información disponible en el momento del diagnóstico
de la pérdida auditiva, dificultades y preferencias lingüísticas,
cómo eligieron métodos de comunicación, su punto de vista
sobre opciones educativas y apoyo, sus opiniones sobre los implantes cocleares,
el rol de la iglesia y la fe, y sus sentimientos de satisfacción e insatisfacción.
Las entrevistas fueron conducidas y traducidas por individuos que dominan el
idioma español y están familiarizados con la comunidad hispana.
Aunque el proceso de toma
de decisiones compartido por los padres y profesionales es visto a menudo como
el modelo deseado (Charles, Gafni, y Whelan, 1997), este documento muestra que
a veces hay barreras que impiden que los padres participen plenamente en este
proceso. Los autores exploraron hasta qué punto el acceso a la información
- un requisito para un proceso de decisión compartida- está bloqueado
en la comunidad hispana por factores lingüísticos y culturales,
así como por la limitada disponibilidad de recursos y de conocimiento
de sus derechos legales.
Las experiencias de los
padres pueden aumentar el conocimiento de los proveedores de servicios sobre
temas de relevancia para la comunidad hispana. Aunque ejemplos más detallados
se proveen en la Sección III: Implicaciones para los proveedores de servicios,
se recomienda en general que los profesionales consideren la lengua y las necesidades
culturales de la comunidad hispana y que se aseguren que toda la información
disponible se provea de una forma cultural y lingüísticamente apropiada
a los padres que toman decisiones para sus hijos sordos e hipoacúsicos.
Para asegurar el anonimato
de los participantes, en todo este documento se ha
cambiado aquella información demográfica o laboral no relevante.
Además se usan pseudóminos y términos generales en lugar
de nombres, hospitales, escuelas y lugares.
Se presentan expresiones
(en itálicas) de ocho familias. Estas ocho familias son representativas
de las 29 entrevistas llevadas a cabo y demuestran la singularidad de cada caso
individual y la diversidad de experiencias de los padres hispanos con hijos
sordos en los Estados Unidos. Las familias entrevistadas en este estudio residen
en Florida, Texas, California y Pensilvania. Estas áreas fueron escogidas
para representar las experiencias de familias que han emigrado de diferentes
países y se han establecido en diferentes comunidades a lo largo de los
Estados Unidos. Se provee más información acerca de los bagajes
culturales y de las entrevistas de este estudio en la Sección IV.
Este documento está
organizado inicialmente por temas, y luego incluye comentarios acerca de las
familias. Si usted prefiere leer los comentarios completos de cada familia,
por favor vea la versión completa familia-a-familia de este documento
que se encuentra en el apéndice.
Cómo está
organizado este documento:
Sección I: Descripciones
de las familias
Familia 1
Familia 2
Familia 3
Familia 4
Familia 5
Familia 6
Familia 7
Familia 8
Sección II: Resultados
del estudio- según lo expresan las familias
Sucesos y emociones que
rodearon el diagnóstico
Diferencias lingüísticas al momento de recibir el diagnóstico
y en la escuela
Acceso a la información y apoyo
Información proveniente de adultos sordos y otros padres
Apoyo familiar
Eligiendo un método de comunicación
Preferencias lingüísticas
Elección de escuela, estilo personal y defensa de los derechos del niño
El impacto de la cultura
El rol de la iglesia y de la fe
Información y sentimientos acerca de los implantes cocleares
La satisfacción de la familia
Sección
III: Implicaciones para los proveedores de servicios
Dificultades lingüísticas
Información demográfica de la familia
Elecciones lingüísticas, modos de comunicación y enfoques
educacionales
Cultura y fe
Sección
IV: Información básica y adicional sobre el estudio
La población hispano-norteamericana
y la sordera
Las decisiones de los padres hispanos con hijos con pérdida auditiva
Métodos de investigaciónEntrevistas
Encuestas
Estudios de preferencia
Análisis de datos
Entrevistas
Encuestas
Estudios de preferencia
Resultados de las encuestas
Sujetos (Padres)
Nivel educativo de los padres
Vida familiar
Descripción de los niños
Uso de dispositivos de ayuda
Entrenamiento
Modo de comunicación
Lenguaje preferido en la familia
Intervención educativa
Actitud y conocimiento de la Sordera
Uso de recursos
Sentimientos como padres de un niño sordo e hipoacúsico
Toma de decisiones
Limitaciones de este estudio
Tamaño de la muestra
Parcialidad de la selección
Traducciones
Parcialidad de los investigadores
Acerca de los autores
Apéndice
Versión completa
familia por familia de este documento
Reconocimientos
Referencias
Sección
I: Descripciones de las familias
Familia
1
La entrevista con la madre
se efectuó en español. F es un niño de 6 años de
edad con una pérdida auditiva de severa a profunda. Vive en Florida con
su madre, un hermano de 14 años y un primo. Ningún otro miembro
de la familia posee una pérdida auditiva.
La madre completó
dos años de estudios superiores de bachillerato y trabaja fuera de la
casa. En la casa, la familia habla principalmente español, pero combina
con inglés.
Los niños hablan
bien inglés y la madre menciona que su hijo de 14 años, que tiene
audición normal, habla muy mal el español, su primera lengua es
el inglés. La familia vino desde Puerto Rico cuando F nació.
Familia 2
En la entrevista estuvieron
presentes el padre y la madre, la misma se efectuó en Español.
T es un niño de 7 años de edad con una pérdida auditiva
de severa a profunda. Vive en Florida con sus padres, hermanos y hermanas. La
madre es ama de casa y el padre es un trabajador de baja jerarquía. La
familia vino de Puerto Rico seis años atrás buscando mejores servicios
para su hijo, aunque en la época en que vinieron no se había confirmado
la pérdida auditiva
[Habla el padre] Primordialmente, porque allá en Puerto Rico, sabíamos
que lo
iban a marginar y acá sabíamos que podíamos conseguir mejores
facilidades encuanto a médicos y a educación.
Los padres sospechaban
la sordera del niño porque éste no balbuceaba y lloraba con un
llanto en un tono agudo. Además el niño había estado en
cuidado intensivo como consecuencia de complicaciones al nacer y había
recibido medicamentos ototóxicos.
Los padres atribuyeron
la pérdida a los medicamentos, pero más tarde, el
descubrimiento de otros problemas congénitos sugirió que el niño
podría haber nacido sordo.
Familia
3
Tanto el padre como la
madre estuvieron presentes en la entrevista, que se realizó en español.
"S" es una niña de 8 años de edad con una pérdida
auditiva profunda. Vive en una pequeña ciudad en Texas con sus padres
y un hermano de un año. La madre es ama de casa y el padre es un operario
especializado. La familia se trasladó desde una pequeña ciudad
en México a los Estados Unidos buscando bienestar y oportunidades laborales.
[Habla la madre]
porque en México no hay posibilidades de vivir
bien. O sea, allá casi no hay trabajo, es muy poco lo que pagan. Es muy
difícil para vivir en México.
Los padres hablan solo
español, pero dicen que en la escuela "S" está aprendiendo
principalmente inglés.
Familia
4
En la entrevista, que se
condujo en español, estuvieron presentes el padre y la madre. "M"
es un niño de 12 años con una pérdida auditiva severa.
Vive en Texas con sus padres y un hermano de 17 años. Ambos padres trabajan
fuera de la casa. La madre es tenedora de libros y el padre está comenzando
un negocio independiente y trabaja en un restaurante. Hace cuatro años
la familia se trasladó desde México a vivir en Estados Unidos.
[Habla la madre] [Un hijo] es el objetivo principal más que todo.
[Habla el padre] Teníamos la opción porque cuando nosotros nos
dimos cuenta
de que no oía bien, fue al año más o menos. Como nació
en [una ciudad en
México], no se supo exactamente si oía o no. Los doctores, en
[esta ciudad] son más deficientes. No se toman las precauciones para
saber. Al año y tres
meses, (él) entró a la escuela. Desde entonces está en
la escuela con las
terapias del lenguaje y todo eso. Estuvo en una escuela especial para niños
sordos.
Los padres hablan español
en la casa, aunque la madre dice que ella estudió un año Inglés
en un "Community College" y entiende muy bien. Actualmente toma un
curso la universidad. El padre dice que entiende inglés hablado mejor
que leído. Mi inglés, dice, es alrededor de un 50%.
Familia
5
El padre y la madre estuvieron
presentes en la entrevista que se condujo en español. "H" es
un niño con una pérdida auditiva severa. Vive en California con
sus padres y un hermano. La madre es ama de casa y el padre trabaja en construcciones.
La familia se trasladó a Estados Unidos desde México antes de
que "H" naciera. [Habla el padre] Bueno, yo vine como de 18 años,
para trabajar para ayudar a mi familia, pero ya después me casé
y pues yo creí que aquí era el mejor lugar para vivir.
[Habla la madre] ... a un futuro mejor.
La familia habla español
en la casa. El padre dice que él habla un poquito de inglés pero
la madre no.
Familia 6
La madre y el facilitador
comunitario para este proyecto (que es sordo) estuvieron presentes en la entrevista
que se realizó en español. "P" es una niña de
4 años de edad con una pérdida auditiva profunda. Vive en California
con sus padres, una tía, un tío, y tres primos. La madre es ama
de casa y el padre es un operario especializado. Los tíos trabajan en
un restaurante. "P" nació en los Estados Unidos. La madre vino
de México 10 años atrás con sus padres, quienes migraron
por razones económicas. Ella dice que habla inglés con "P",
pero español con su esposo. Sí, [mi inglés] no es muy bueno,
pero sí me puedo comunicar, lo entiendo muy bien.
Familia
7
La entrevista fue con la
madre y se condujo en español. "B" es un niño de 10
años de edad con una pérdida auditiva profunda. Vive en Pensilvania
con sus padres y tres hermanos. La madre es ama de casa y el padre es discapacitado.
En el hogar, la familia habla español aunque los niños menores
hablan también inglés. La familia vino desde Puerto Rico a los
Estados Unidos hace dos años y cinco meses debido a la pérdida
auditiva de "B". Venimos a los Estados Unidos por el niño,
por su impedimento. Él es sordo. Yo hace un tiempo estaba pensando venir
acá porque dicen que en el cuidado de niños con incapacidades
aquí los médicos, etcétera, ayudan mucho. En mi país
están un poco atrasados en eso. Allá el niño estaba en
una escuela donde había muchos niños con diferentes incapacidades.
Yo consideraba que no se puede
trabajar con muchos niños con muchas incapacidades porque es muy limitado.
Cada niño debe de estar con niños de su propia incapacidad porque
así los
profesionales pueden llegar más a ellos.
Familia
8
La madre estuvo presente
en la entrevista que se realizó en inglés. "J" es un
niño de 10 años de edad con una pérdida auditiva profunda.
Vive en Pensilvania con tres hermanos y su madre. La madre trabaja en una fábrica,
el padre en construcciones. La madre nació en los Estados Unidos y el
padre en Puerto Rico. La familia habla inglés en la casa. La madre dice
que habla español pero no lo lee.
Sección
II: Resultados del estudio- según lo expresan las familias
Acontecimientos y emociones
que rodean el diagnóstico
En este estudio, los padres
hispanos relatan las mismas dificultades para obtener un diagnóstico
que familias no hispanas han mencionado a los autores, especialmente el problema
de profesionales que desestiman las observaciones de los padres sin el necesario
seguimiento, o que atribuyen la indiferencia del niño a una causa distinta
de la pérdida auditiva, como por ejemplo, retardo mental. Sin embargo,
los problemas que enfrentan los padres hispanos son a menudo exacerbados por
dificultades con el idioma y por su limitado acceso a los servicios de cuidado
de la salud.
Para la mayoría
de las familias de este estudio, el diagnóstico de pérdida auditiva
fue obtenido en los Estados Unidos (69%), aunque el factor primario que motivó
a las familias a dejar sus países de origen (en muchos casos Puerto Rico
o México) fue la sospecha o la confirmación de que existía
una pérdida auditiva. Las familias creen que las oportunidades, recursos
y servicios para los niños sordos son superiores en los Estados Unidos
y que su hijo enfrentará menos discriminación que la que enfrentaría
en su lugar de origen.
Familia
1:
Poco tiempo después
de que la familia viniera a Estados Unidos desde Puerto Rico, quedó de
manifiesto que algo no estaba bien cuando "F" durmió a lo largo
de una ruidosa alarma de incendio. [Habla la madre] Yo fui al pediatra, le dije
lo que había pasado y que todo el mundo me decía que algo le pasaba
a mi bebé, que quizá era retardación mental. Nunca pensé
que fuera por sus oídos. Entonces yo lo llevé al centro de salud
familiar y el doctor me dijo que no había nada mal. Pasó un tiempo
y cuando él tenía siete meses, yo volví otra vez a su cita
médica para su vacuna y le dije al doctor: "Mi bebé no es
como los demás, le pasa algo", y él me dijo: "Yo soy
el doctor, tú eres una mamá. Tú no eres un doctor".
Pero yo le dije: "Yo tengo cuatro hijos y este bebé no es igual",
y él me dijo: "Te digo que las madres le ven a los hijos cosas que
no tienen, tu niño está bien."
Fui a la sala de emergencias
y entré al niño como que había pasado la noche
bien enfermo y le dije a la señora que él había estado
bien enfermo toda la
noche. Cuando yo entro a la sala de emergencia, el doctor me preguntó
qué
tenía el niño. Yo estaba llorando y le dije: "Creo que mi
bebé es sordo porque yo le hablo y él no se voltea y yo le pongo
libros de música y cosas de ruido y él no las mira". Yo tenía
a mi bebé dormido encima de mí y el doctor le aplaudió
y me hizo un referido y lo mandó [al hospital]. Entonces me dijeron que
él tenía un problema. Entonces lo llevé y me le hicieron
evaluaciones y me lo chequearon.
Ahí fue que nos
confirmaron que él era sordo. El diagnóstico fue de pérdida
auditiva severa y profunda en ambos oídos, con una pérdida mayor
en el oído
derecho. La madre dijo que cuando le comunicó por primera vez al padre
de "F" que éste era sordo, él la culpó y se negó
a aceptar el diagnóstico. Unos meses después, el padre de "F"
vino a visitarlos (desde otro país) y decidieron mudarse a los Estados
Unidos y aprender lengua de señas. Después de algunos exámenes
médicos se le dijo a la madre de que la sordera de "F" se debía
a un sarampión con fiebre alta que contrajo cuando tenía dos meses.
La madre dijo sentirse culpable cuando se le dijo que su hijo era sordo. Me
sentí culpable, no sabía por qué. Cuando nació mi
hijo que tiene 11 años yo dije que yo no iba a tener más hijos.
Pero me volví a casar, y después de 5 años mi esposo decía
repetidamente que quería un bebé. Ya yo tenia 33 años y
a mí me decían que las mujeres tenían a los hijos jóvenes.
Mi mamá era bien anticuada, y decía que las mujeres mayores tienen
hijos que nacen retardados, que no nacen bien y que se deben tener a los hijos
a los 20's. Así era mi abuela y así era mi mamá. Yo también
creía que era de esa forma y me puse a pensar: tuve ese niño a
los 34 años y nace sordo. Entonces me sentía culpable. Pensaba
que por complacer a mi esposo y tener un hijo, es el niño quien tiene
que pagarlo. Porque yo no soy la que soy sorda, es él. Por más
que yo haga y haga, es la vida de él, que es mi hijo. Yo quisiera ser
sus oídos o darle los míos, pero, él es el que es sordo,
no soy yo .
Familia 2:
Apenas llegado a los Estados Unidos, a "T" se le hizo un examen de
audición
que dio como resultado que era sordo. Después de esto, los padres lo
llevaron a un audiólogo, quien confirmó que tenía una pérdida
auditiva profunda. En ese momento, "T" tenía cerca de 2 años
de edad. [Habla la madre] Cuando yo le pregunté a la doctora qué
alternativas había, nos dijo que ninguna. Solamente había los
audífonos que costaban casi $2,000.00. Tampoco teníamos económicamente
para sacar $2,000.00. Teníamos que estar a merced de que el sistema médico
lo cubriera o no, porque no hubo más ayuda
.
Con el diagnóstico, la madre dijo que se sintió como si los muros
se derrumbaran. ... Nosotros teníamos esa tendencia a pensar que todo
estaba bien y yo pensaba que todo estaba bien, y entonces pensé: "ahora
esto".
Familia
3:
Los padres comenzaron a
sospechar una pérdida auditiva cuando "S" tenía
dos años, porque ésta no hablaba ni les prestaba atención.
Aunque entonces la familia ya estaba viviendo en los Estados Unidos cerca de
la frontera mexicana, la llevaron a un médico en México, quien
los refirió a un doctor en oído, nariz y garganta (también
en México). Éste les dijo que "S" era sorda. [Habla
la madre] Fue algo muy feo para mí, porque no me lo esperaba. Así,
de repente, me lo dijo, que la niña no oía nada y que nunca iba
poder hablar. Esas fueron sus palabras exactas
ni siquiera le hizo un
estudio
Primero fuimos con él y él no le hizo ningún
estudio; no más la reviso, como cualquier otra enfermedad, como cuando
están resfriados. Luego, él me dijo: "la niña no oye
y por eso es que no habla. No oye nada y si no oye nada no va a hablar nada."
Luego de escuchar las noticias,
la madre habló con una tía que vive en otro estado. La tía
llamó a una enfermera de la escuela y la enfermera llamó a la
escuela de la ciudad donde "S" y su familia vivían. La escuela
contactó a la madre, le tomaron algunas pruebas y la derivaron a un programa
que a su vez la envió a una ciudad de otro estado para que le hicieran
exámenes auditivos. Los mismos mostraron que la niña era casi
completamente sorda. Fue cerca de dos meses después del diagnóstico
inicial cuando recibieron este diagnóstico concluyente. Los padres también
llevaron a "S" a un doctor en México que les dio resultados
semejantes.
Ambos padres dijeron sentirse
muy tristes cuando supieron de la sordera de su hija. [Habla el padre] Pensamos
que lo peor era que tal vez ella no sería capaz de hablar, que no podría
estudiar, eso es lo primero que se le viene a uno a la
mente.
Familia
4:
Los padres se dieron cuenta
por primera vez que M poseía algún problema
de audición cuando éste tenía un año, porque era
muy callado. [Habla la madre] En la familia somos muy expresivos para hacer
muchas expresiones de afecto. Ahí mi hijo, haciendo relajo y él
a fuerza se reía. Pero yo sí notaba que el niño no, pa-pa,
ab-ab-a. Y era muy poquitos los balbuceos que él daba. Al año
él seguía diciendo 'aba' en vez de agua y 'papa'. Por eso yo pienso
que mi niño en ese tiempo sí tenía restos auditivos. Entonces
lo llevo al pediatra y me dice que no me preocupe, que si en mi familia había
gente sorda, y que algunos niños empiezan a hablar tarde o pueden que
tengan un problema en la lengua, lo que le llaman la 'lengua dura o pegada'
.
El médico recomendó que viera a un terapeuta del habla, y luego
de cuatro meses los progresos eran mínimos.
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